La década del 70 fue dominada por San Martín y por Atlético. Los dos equipos fueron permanentes representantes del fútbol provincial en el viejo Campeonato Nacional. El “Santo” tuvo asistencia perfecta desde 1968 hasta 1979. El “Decano” se sumó en 1973 y fue protagonista de la competencia durante varios años. Esa hegemonía se interrumpió en 1980, cuando Atlético Concepción se animó a discutirles el protagonismo y accedió a la competencia que le abrió las puertas a los clubes de todo el país. Fue su primera participación. Luego repitió la experiencia en 1982 y 1983.

“Sabíamos que era una buena oportunidad para trascender a nivel nacional y no queríamos desaprovechar la ocasión. Yo había llegado al club un par de años antes, con apenas 19 años. Jugaba en la Reserva de Rosario Central y fuimos cedidos junto a Daniel Petrella y Jorge Medardo Heredia. El técnico era Jim López. No pudimos lograr el objetivo de clasificarnos para el Nacional y el entrenador se desvinculó. Decidí regresar a Crespo, mi ciudad natal (ubicada a 30 kilómetros de Paraná, Entre Ríos), para pensar un poco y definir mi futuro. Meses después asumió Hugo Manuel García y los directivos de Atlético Concepción acordaron con la gente de Central para que regresara al club. En ese momento se formó el grupo que logró esa clasificación que se nos había escapado”, recuerda Humberto Primo Gutiérrez, delantero que dejó su huella en aquellos tiempos de gloria de los “Bandeños”.


Una noche especial

Varios momentos quedaron grabados en la memoria de Gutiérrez. “Recuerdo la noche que le ganamos a San Martín, en la cancha de Atlético, por 2 a 1. Comenzamos perdiendo con un gol que nos hizo Enrique Nieto desde muy lejos, pero pudimos dar vuelta el resultado. Alberto “Cabezón” Coria empató al ejecutar un penal y luego anoté el gol que nos dio la victoria. Esa fue la llave que nos permitió llegar al Nacional. Los festejos comenzaron en el estadio “decano” y luego se trasladaron a la Banda. Fue una gran fiesta”, recuerda durante la charla telefónica con LG Deportiva desde Paraná, donde actualmente reside con su esposa Mirta Isabel y sus hijos Cristóbal (29 años) y Jimena (31).

Aquella primera experiencia dejó buenas sensaciones. Atlético Concepción integró la zona C y sacó el 50% de los puntos. No avanzó a las instancias finales, pero el balance fue positivo. Terminó cuarto entre siete equipos con 14 unidades (el triunfo otorgaba dos puntos en ese momento) en igual número de presentaciones. Fue superado por Newell’s (20), Independiente (19) y Ferro (17). Abajo quedaron Quilmes (11), Central Norte de Salta (19) y Chaco For Ever (7). Juan Carlos Leguizamón fue el goleador con cuatro conquistas.

“Nuestro objetivo era aprovechar la ocasión para hacernos conocidos. Nuestra mejor actuación fue contra Independiente, al que le ganamos 1 a 0 con un gol de tiro libre de Jorge Adrián Calderón. El ‘Negro’ envío un centro y la pelota se clavó en un ángulo. Lo cargamos varios días. También recuerdo que goleamos a Newell’s por 4 a 1. Los rosarinos tenían un equipazo. Entre otros jugaban Rubén Américo Gallego, Santiago Santamaría y el brasileño Becerra. Recuerdo que en la revista El Gráfico, en la edición de esa semana, calificó mi actuación con un buen puntaje: nueve. Fui la figura del partido”, cuenta el exdelantero de 62 años.


No hay dos sin tres

Esa no fue la única participación de Atlético Concepción en el torneo organizado por la AFA. La experiencia se repitió en 1982 y 1983. En todas sólo jugó la fase clasificatoria, pero ese es un detalle. El orgullo “bandeño” fue conocido a nivel nacional.

Gutiérrez dejó el club y siguió jugando hasta 1998. Ese año, luego de jugar en el club de su ciudad, Asociación Deportiva y Cultural Crespo, decidió retirarse: “me dediqué a trabajar en las inferiores de esa entidad. Tuve la oportunidad de ser el primer técnico de Gabriel Heinze. Hasta 2015 me quedé en Crespo y desde hace cinco años vivo en Paraná por motivos laborales. Estoy jubilado, pero sigo trabajando en la distribución de productos lácteos en las zonas cercanas”.